Llorar no siempre es indicio de tristeza,
puede ser una mezcla de emoción, nervios, ilusión, satisfacción, orgullo y
grandeza. Muchas veces las lágrimas son capaces de expresar lo que las palabras
no pueden describir.
Lágrimas en los camerinos, lágrimas en las
caritas de mis chicos y chicas del musical y un sinfín de miradas
que hablaban más que veían. Una Terapia Divina se había acabado pero había sido
algo grande.
Hoy todos sabían que era la última función,
hoy, después de cuatro representaciones increíbles, tocaba decir adiós a más de
ocho meses de trabajo e ilusiones. Ahora sólo queda saborear el éxito, ser
capaces de asimilar lo aprendido, lo vivido, lo disfrutado, y guardar en los corazones una experiencia irrepetible.
Gracias al equipo de alumnos/as y
profesores/as del IES Pintor Pedro Gómez que hace esto posible.
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